Para lograr nuestros objetivos recurrimos al método scout, que se define como un sistema de autoeducación progresiva, y que constituye un todo integrado en el, se combinan diversos elementos como se muestra a continuación.
El propósito del Movimiento consiste en contribuir a la educación de los jóvenes para que participen en la construcción de un mundo mejor, donde las personas se desarrollen plenamente y jueguen un papel activo en la sociedad.
El propósito del Movimiento se cumple aplicando el método scout, que guías y scouts practican. El método scout puede ser definido como un sistema de autoeducación progresiva y participativa, complementario de otros agentes educativos, que se funda en la interacción de diversos componentes articulados entre sí, varios provenientes de los valores del Movimiento, y que pretende que el joven y la joven se convierta en el principal agente de su desarrollo, llegando a ser una persona autónoma, solidaria, responsable y comprometida.
El apellido “scout” con relación al método podría conducir a entendimientos erróneos, en el sentido de que se refiere a los hombres o que solo es propio de ellos. La circunstancia que lo explica es histórica. El fundador de los scouts llamó método scout al método creado originalmente, y con posterioridad, al crearse el Movimiento Guía, se extendió su aplicación a las Ramas Femeninas, sin que por ese hecho, se le haya introducido modificación alguna, ni en el contenido ni en el nombre, por lo que hasta la fecha la expresión método scout comprende tanto el método usado por los scouts como por las guías.
El Método Scout
El método es una trama colorida y armónica, que convoca componentes educativos de distinta naturaleza que operan como un todo articulado. Dependiendo de la perspectiva desde la cual se analice, en él se pueden identificar distintos componentes, considerándose los siguientes como los más relevantes:
- Sistema de equipos, que promueve la participación en pequeños grupos.
- Aprendizaje por la acción, mediante la puesta en marcha de un programa de objetivos asumidos por los propios jóvenes y actividades que contribuyen a su logro, preparadas y realizadas con su activa participación.
- Orientación de adultos que acompañan el desarrollo y el aprendizaje y ofrecen su testimonio personal de vida.
- Marcos simbólicos apropiados a las distintas edades, que incentivan la imaginación, refuerzan la pertenencia y motivan el crecimiento personal.
- Adhesión voluntaria a la Promesa y a la Ley, propuestas que constituyen un programa de valores que los jóvenes personalizan y hacen suyo a medida que crecen.