El “nudo de sangre” recibe también el nombre de “nudo de tonel“, por el aspecto que presenta una vez terminado. Las vueltas que lo forman le permiten absolver esfuerzos repentinos y le comunican una gran resistencia de rotura.
Se utiliza para unir monofilamentos muy finos de igual o similar diámetro; los pescadores reconocen su utilidad en diversas situaciones. Durante años los fabricantes de aparejos guardaron celosamente el secreto de su confección para sí mismos.
Fue Jack Purvis, un ingeniero naval, quien desmontó el nudo sección por sección y lo examinó bajo el microscopio; de esta forma fue descubierta la estructura del nudo, y pasó al mundo de la pesca cuando se publicó en una revista en 1910.
Elaboración del Nudo de Sangre
Ponga los dos chicotes paralelos. Coja un chicote y dé dos vueltas en torno al otro. Pliegue ahora el chicote hacia atrás e insértelo entre las dos cuerdas en el punto inicial de cruzamiento. Repita este proceso con el otro chicote.
El nudo está ya completo, pero sin tensar. Antes de apretarlo, asegúrese de que sea perfectamente simétrico. Para apretarlo, tire de los chicotes primero y después de los firmes de las dos cuerdas.